Es esta interacción inicial la que comienza la base de nuestra salud emocional. Ahora que estos múltiples sistemas se han conectado en esa instancia de nacimiento, ahora somos libres de continuar con el proceso de aprendizaje. A medida que comenzamos a deconstruir el mundo que nos rodea haciendo conexiones con nuestros hermanos, padres, amigos y nuestro entorno, comienza la disciplina de la vida. Nuestro cerebro ahora está moldeando y haciendo conexiones que sin duda formarán las construcciones de nuestra personalidad. La adaptación a nuestro entorno es crucial en el desarrollo y supervivencia de nuestra especie, es esta adaptación biológica la que ahora juega un papel fuerte en las interconexiones que tenemos entre nuestro entorno, relaciones, emociones y nuestra salud. Como señalé, la relación que todos tenemos con nuestras madres es una que forma la base para el resto de nuestras vidas. La psicología coincide en que el vínculo que todos compartimos con nuestra madre, armonioso o no, puede determinar cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo tratamos a los demás, incluso en la formación de una familia y la calidad de nuestra pareja e incluso la sexualidad. Todo esto se debe a las conexiones y adaptaciones de nuestro cerebro a lo largo de nuestra vida. Cada evento, cada situación, conflicto, expresión que conforma nuestra vida, se almacena en nuestro cerebro como un recuerdo o una deconstrucción subconsciente, pero todo se guarda. Nuestro cerebro es muy eficiente en cómo utilizar su memoria, algunos los podemos recordar de inmediato, otros se almacenan como recuerdos fuertes o importantes, pero por ejemplo, el impulso al trabajo, la comida que comiste hace 3 semanas, es mucho más difícil de recordar si en absoluto. Ahora déjeme poner un ejemplo; Ese impulso al trabajo que todos tomamos todos los días, ¿por qué vamos "por ese" camino todos los días, por qué no tomar una ruta diferente? Seguramente debe haber diferentes rutas para tomar y diferentes formas de llegar. En la mayoría de los casos, la razón es la eficiencia, es la forma más rápida de trabajar o incluso la forma en que lo hemos hecho durante muchos años. Entonces dejamos de buscar mejores resultados, mejores rutas, diferentes posibilidades, porque ahora nuestro cerebro, memoria y aprendizaje nos han enseñado que esta es la mejor manera, pero ¿y si no lo es? ¿Qué pasaría si hubiera formas mejores y más eficientes de hacer las cosas? ¿Y si hubieran construido un camino mejor para llegar a donde usted va? Pero debido a que tomó esa única decisión hace muchos años, su cerebro está atascado en automático. El cerebro ha adaptado un Hábito, un proceso mecánico eficiente para llegar a nuestro destino y es tan eficiente que es posible que no podamos distinguir el impulso de trabajar uno ahora de uno en el pasado, o incluso recordarlo en absoluto.
Este concepto se puede aplicar a la forma en que nuestras células cerebrales establecen conexiones y conducen a las emociones y los recuerdos. Esto significa que en cualquier momento las conexiones que hacemos pueden dictar las acciones que tomamos en el futuro. Es importante entender que incluso si nuestro cerebro está configurado y es muy eficiente en la creación de programas automatizados, no obstante somos los dueños del cerebro y podemos dictar las conexiones en cualquier momento y con un simple juego de un interruptor podemos alterar y remodelar el dinámica cerebral. Este es un concepto conocido como “Plasticidad cerebral”, el concepto de que el cerebro tiene la capacidad de remodelar a sí mismo dependiendo del estímulo que instiga el proceso, desde el comportamiento aprendido hasta los estímulos ambientales e incluso los traumas. El cerebro se reforma constantemente y establece nuevas conexiones que suceden a la velocidad de la luz (o cerca de) a través del estímulo neuronal. Todo esto está construido en el tejido de nuestro cerebro y el concepto de conciencia. El enredo interno de nuestros pensamientos y acciones y cómo todo esto forma la imagen del mundo que tenemos frente a nosotros. Es esta idea fundamental la que une el vínculo entre las emociones y el cuerpo humano.